sábado, 22 de junio de 2013

Uno, dos, tres, de Billy Wilder (1961)

La película está ambientada en Berlín de principios de los 60. Nuestro protagonista, el señor MacNamara, es un representante importante de una conocida marca de refrescos destinado allí, junto con su esposa e hijos. Lleva una vida de lo más normal, hasta que un día, su jefe le llama desde Atlanta para decirle que le envía a su única hija, Scarlett, a pasar unos días allí y que lo único que tiene que hacer es que se entretenga. No, si entretenida estuvo la niña, sí. No tuvo otra idea mejor que escaparse todas las noches (con soborno del chófer inclusive) a la parte oeste (creo que era) de la ciudad, donde conoce a un muchacho comunista del que se enamora perdida e incondicionalmente.

Hasta aquí, todo parece ir bien, pero cuando la muchacha le confiesa al señor MacNamara que se han casado hacía ya 6 semanas, las cosas van de mal en peor. El joven muchacho es alguien bastante revolucionario, expresando en todo momento sus ideales políticos, estando en contra de los del sr. Macnamara en todo momento y contradiciéndole cada dos por tres. Así que, a MacNamara no le queda otra que intentar deshacerse del muchacho y maquina una treta para que el joven acabe preso. La muchacha, al enterarse de lo ocurrido, acaba desmayándose y, gracias a este asunto, se enteran de que está en estado de buena esperanza, cosa que no es algo que esté muy al favor del sr MacNamara. Y mucho menos, cuando recibe la llamada de su jefe diciendo que en menos de dos días estará en Berlín de visita. Junto con su secretaria y uno de los fieles empleados al servicio de McNamara, consiguen sacar al joven revolucionario de allí.

Una vez ya en la oficina, necesitan de un plan para que los padres de Scarlett vean con buenos ojos al muchacho que, evidentemente, no es como el señor MacNamara les ha descrito, pero era por no perder su empleo ni su futuro en la empresa. Así que obliga al muchacho a vestirse como un noble, asearse y a comportarse en la mesa, incluso consigue que un noble lo "adopte" para que todo sea más creíble. Todo esto en contra de la voluntad del muchacho, que se resiste todo el tiempo a ser quien no es y a fingir cosas que no piensa. Finalmente, llega el momento de recibir a los padres de la muchacha que quedan maravillados con el reciente esposo de su hija. Al principio, el padre no está muy convencido, pero al final acaba creyéndose todo lo que le habían dicho que haga o diga delante de él. Y, tras conocerle, el sr. Hazeltine le ofrece el puesto en Londres que tenía para el sr MacNamara y a éste lo manda de nuevo a Atlanta, con un cargo mucho más importante y mejor, donde se va, finalmente, con su familia.

Bueno, con respecto a la trama, me ha gustado bastante, pero tocan demasiado un tema del que me siento bastante analfabeta, que es la política. Muchas de las cosas que han dicho no me he enterado del todo, porque no es un tema que yo domine mucho. La pega más grande que le pongo es que todo transcurre demasiado rápido y, como parpadees un segundo, corres el riesgo de perderte un rato. Pero, por lo demás, me ha parecido una comedia de lo más recomendable.

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