sábado, 22 de junio de 2013

Sexo en Nueva York, la película (2008)

La verdad es que no es una de las películas que más me llamen la atención. Y eso que yo veía la serie, pero tampoco creo que sea para tanto. La serie me hacía más gracia, no sé, aunque tampoco es que me sintiera muy identificada con ella, puesto que en ninguno de los casos se parecía en nada a mí. Pero me gustaba porque algunas situaciones me resultaban divertidas. 

Pero, en cambio, la película no ha conseguido eso. Sí, es entretenida, pero, para mi gusto, es demasiado larga para lo que es. Para empezar, se pasan toda la peli prácticamente centrándose en la historia de la prota, Carrie: primero con lo de la boda, se pasa rato largo probándose vestidos HORROROSOS para quedarse con el más espantoso de todos(¿a quien se le ocurrió ponerle un pajarraco como adorno del velo? Alguien que la odia, seguro). Luego con lo de la búsqueda de piso, que más pijo no podría ser. Luego que si la dejan plantada casi en el altar. Vale, eso debe joder, pero me parece flipante que las amigas se la lleven a otro país para pasar unos días y se pase el día en la cama metida. Si a mí mis amigas me hacen eso, primero me las como a besos y luego me lo intentaría pasar lo mejor que pueda. ¡Qué menos! Pero bueno, menos mal que al final se anima un poco. Luego, regresa a Nueva York y, lo primero que hace, es contratar una asistente para que le organice la casa. Esto... ¿hola? Mucho pijoterío pero no sabe hacer eso sola. No sé, me pareció bastante absurdo. Para eso llamo a una de mis amigas, que seguro que me ayudan encantada y me saldría gratis. En fin, qué cosas. 
Luego está Miranda, otra que, por más que intento, no consigo tragar ni a la de tres. Me parece siempre un poco marimandona y se irrita mucho con nada. Y al pobre marido, pues claro, lo lleva por la calle de la amargura porque lo tiene a pan y agua durante meses. No sé de qué se sorprende cuando le dice que se ha desahogao con otra. Tampoco digo que estuviera bien, pero el pobre estaba ya que se subía por las paredes y eso le puede pasar a cualquiera. Ni siquiera le deja que se explique y.. aagh, me saca de quicio la tía esta. 

Después está Samantha, la salidorra del grupo. Ella es la que le pone el toque picante a la película. Aunque tuve la sensación de que apenas salía en la peli o, al menos, eso me pareció a mí. Está en Los Ángeles, haciendo de manager de su novio modelo y éste apenas pasa por casa. Y una noche descubre que tiene un vecino igual de liberal que solía ser ella antes de empezar con el novio y no para de tentarse por acabar entre sus sábanas (o lo que no son las sábanas). Así que, finalmente, decide acabar su relación con el novio, ya que veía que la cosa se había estancado mucho y que era lo mejor para ambos. Y, para ser ella, bastante que ha aguantado en una relación.
Por último tenemos a Charlotte, que es la única que podría decirse que se salva. Me simpatiza bastante, nos sé. Aunque es bastante modosita, pero me hace gracia precisamente por eso, porque le resulta un poco complicado hablar de ciertos temas que a ella le resultan un poco escandalosos y, como ahora tiene una niña, pues claro, debe cortarse un poco más. La escena de cuando cambian lo de sexo por las pinturas es brutal. Además, es a la que mejor le van las cosas de las cuatro. Adoptan a una niña asiática, se queda embarazada después de dejar de intentarlo durante mucho tiempo y tiene una niña.

Y luego, el final de la película lo vi demasiado predecible. Big consigue hablar con Carrie y, un rato después, se casan, son felices, comen perdices y ella deja de ser tan pedante como siempre ha sido. O al menos eso espero. La verdad es que, como ya he dicho, para lo que cuenta la película, se me hace muy larga y pesada. Podrían haberla hecho un poco más corta y hubiese quedado mejor. Pero bueno, dentro de lo que cabe, no está mal la peli, pero es de esas que solo veo un par de veces o poco más.

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